13, Lug 2022
Resumen sobre la Ludopedagogía, por Prof. Ariel Castelo Scelza.

La Ludopedagogía es una estrategia metodológica de intervención e incidencia política, en el sentido de impactar sobre las condiciones subjetivas y objetivas de la vida.

Toma como eje articulador y recurso des-invisibilizador para operar sobre la realidad, un fenómeno profundamente humano, el juego.

Promueve cambios de actitud y comportamiento mirando/jugando con los espejos complejos que permiten re-conocerse y conocer de los otros y de lo otro, algunos aspectos, capacidades y potencialidades, de las visibles y de las ocultas.

A problemas complejos, soluciones complejas.

El juego tiene el enorme valor de meterse y poder abordar problemas, temáticas y conflictos sumamente complejos, pero con la ventaja de hacerlos aparecer de una forma muy simple.

Tiene el “poder” para hacerlo, tanto en el sentido de la capacidad como de la autorización.

Puede porque parece no ser parte de la realidad sino de la ficción del “como si” y sin embargo recupera y produce un conocimiento que interviene en lo real.

Por lo tanto no tiene nada de ficción sino que se convierte en otra versión de la realidad.

Rescata la sub-versión, es decir la versión de abajo, la otra versión, la que probablemente se encontraba oculta.

Puede desnudar el asunto que esté en cuestión y al mismo tiempo, autorizar un tratamiento extra-ordinario de la problemática, yendo más allá de los paradigmas y modelos ordinarios y generalmente pre-determinados.

Puede subvertir y ensayar otras lógicas y otras racionalidades, para explorar nuevas resoluciones.

La vivencia del juego es una realidad definitivamente concreta, la llamamos realidad lúdica y coloca a quien juega, en una situación de necesitar/desear resolver un conflicto.

 

Y es justamente esa realidad lúdica, protegida y particular, la que permite ensayar soluciones alternativas con creatividad y bajando los niveles de temor a las consecuencias que estas innovaciones podrían tener en la realidad cotidiana.

Esos ensayos de resolución serán seguramente distintos a los modelos que tenemos internalizados desde una concepción de “unicidad” del pensamiento colonizador, abriendo las posibilidades a todas nuestras capacidades y potencialidad disponible, allanando el camino al pensamiento divergente.

Esto sucede en la realidad lúdica, en el tiempo y el espacio concretos de la práctica del juego y son condiciones favorables para permitir transitar por el proceso de des-aprender, para abrir la cabeza y conjuntamente el cuerpo y el espíritu, a nuevos aprendizajes.

En otras palabras, promover el empoderamiento, en tanto fortaleza personal que construye y conduce a la fortaleza colectiva, que podrá producir una transformación eficaz cuando se logre su transposición al comportamiento social en la vida cotidiana.

En lugar de instrumentalizar, se propone aprovechar el potencial liberador que tiene la acción de jugar, para abrir al máximo posible de cada quien, los horizontes creativos y comprometidos con la realidad concreta.

De tal modo permitir y promover la trasgresión de lo pre-visto y lo pre-fijado, y el desarrollo del poder de decisión para arriesgarse audazmente al pensamiento no unívoco y prejuicioso, sino a un universo infinito de alternativas novedosas y enriquecedoras.